martes, 25 de diciembre de 2007

pain

and if you complain once more you'll meet an army of me

domingo, 18 de noviembre de 2007

Fareros en Huelga

Se me ocurrió una idea. Por un momento no contestemos las llamadas. Dejemos que el teléfono suene. Que nos busquen. Pongamos en huelga la voz y la oreja. No escuchemos ni hablemos. No recibamos mensajes, ni cobros, ni ofertas, ni noticias, ni recados, ni llamadas de otros que viven con nosotros. No nos tomemos la molestia de redescubrir que hay un mundo detrás de los auriculares. Pongamonos en huelga. Que nadie tiene porque oirnos y no tenemos porque hablar con nadie. Que en la oscuridad de la isla nos alumbre un faro distante. Que nos imaginemos su nombre, su mirada y su luz. Pero que no sepamos nada de cierto, que no escuchemos. Y cuando llegue nadando, empapado en traje de rana, que no hable, que sepa que estamos en huelga. Que no escuche. Que solo presente su credencial. Que su imagen diga todo y nada. Que nos quede claro que se queda con la voz de sus ojos. Que su desnudez alimente nuestro cuerpo. Tengo una idea, subamos al polo norte. Viajemos a Laponia, en donde no hay playas pero si orillas de lagos, en donde no hay noche y por tanto no hay fareros. Porque ál cruzar el círculo polar artico, hay sol a la media noche. Y ahí sentados en un atardecer continuo la espera se vuelve un círculo infinito. Que no empieza ni termina. Que no amanece ni anochece. Solo gira. En estado perfecto. Como siempre como nunca. En este pequeño y aislado oasis esperaremos la casualidad más grande de nuestra vida. Cuidemos de no gastarlas pronto. Porque esa casualidad ya ha existido desde siempre, es eterna y perfecta. -Igual. Inseparable. Infinita. como tú como yo. esperemos a que el día no termine. Esperemos a que la noche no comience. Esperemos a que por casualidad llegue una nave que nos envie al espacio, Volar a través de la Vía láctea, girar a la derecha en Marte atravesár los asteroides por toda la noche y desayunar en Plutón. Todo en silencio, para no arrepentirnos. Para que todo quede claro con miradas, con credenciales.

miércoles, 17 de octubre de 2007

llegó un farero

Llegó un farero que iluminó mi playa. Llegó un día, así de repente de la nada salió del mar con su traje de hombre rana. Y un día vulgar, como otros tantos, el ordinario azul dio paso al ojo más dilatador de la verdad. Llegó a mi cuento por un hueco que encontró en medio de la playa. Un agujero profundo y oscuro. Quien lo había leido, decía que si te caías por ese agujero podrías encontrarle muchas ventajas a la historia. Porque al salir podías regresar justo a la mitad de la playa, o de la historia... porque si algo no te había gustado, siempre que quisieras la podrías comenzar, desde cero. Y llevarla lejos a donde tu quisieras. Hacer un drama, una tragedia o una comedia. Un entremés un relato breve. Un cuento de 700 páginas o una gran novela de 50 palabras. Los dìas pasaron y todo marchaba de maravilla. Hasta que un día, el hombre rana, el hombre raro, el farero así de pronto e igual que como llegó, desapareció. Quizá cayó por el hoyo y murió en el fondo del mar. Nadie lo reporto como desaparecido. Quizá encontró otro agujero en el fondo del mar y logró llegar a otra isla. A iluminar otra costa. A llenar de ventajas otro cuento. No el mío.

martes, 16 de octubre de 2007

dimelo

Donde estas que no te veo Pareces estar escondido Para no verme más Si lo nuestro quedo en el olvido Dímelo Donde estas que no respondes Pareces haber encontrado una forma de dar amor Si lo nuestro es un juego perdido Dímelo, dímelo Si no encuentras en mi lo que tanto anhelabas Si te faltan las ganas de verme otra vez Si lo nuestro es un juego de niños Dimelo, dimelo Si no puedes decir ni una sola palabra Y si errar es humano quisiera sabes Si lo nuestro es un juego de niños Dimelo, dimelo Donde estas que yo te espero A ver si quedamos en algo Amantes, amigos quizas Si lo nuestro ya esta decidido Dimelo, dimelo Si no encuentras en mi lo que tanto anhelabas Si te faltan las ganas de verme otra vez Si lo nuestro ya esta decidido Dimelo, oh ven y dimelo Si no puedes decir ni una sola palabra Y si errar es humano quisiera saber Si lo nuestro es un caso perdido Dimelo, dimelo Oh, oh, oh dimelo

lunes, 8 de octubre de 2007

te regalo la sal de mis historias te comparto mi humana condición te llevo más allá del límite y medida Podríamos apurarnos y terminar todos los pendientes hoy mismo. Acabar las tareas, acelerarnos, estar en estrés continuo. Terminar lo más rápido posible. Pero no hay prisa. Si al no verte los minutos se hacen largos, porque no hacer lo mismo con el tiempo de los encuentros, que no haya tiempo que no pase que se detenga. Por eso, todo lo que pueda hacer hoy, lo dejaré para mañana. hoy me despierto sin que suene el reloj, el sobresalto que me da la emoción, acaso espero un nuevo corazón, para ti, para mi para dos y vuelvo a verte con la misma emoción contigo late fuerte mi corazón no me despierten si es un sueño de amor dejame que dormir es mejor

miércoles, 3 de octubre de 2007

te regalo mi luz

cuando tu isla busca a un farero que ilumine las noches oscuras, que habite las playas desiertas, que acompañe a los barcos vacilantes en medio de tormentas, solemos olvidar que cuando la luz ilumina las costas, las bahías, ahí a lo lejos habitan navegantes y naúfragos vacilantes, sedientos, solitarios, distantes. no sabes, nunca sabes cuando o como, la luz que no proyecta el faro pierde a otros. nunca sabes cuando o como, la luz que proyecta tu faro ilumina el corazon de los navegantes. pero otras veces, aun cuando ambas luces se encuentran, y ambas playas se esclarecen, siempre nos perdemos en el corazón de los otros. mi sol. mi playa.

domingo, 30 de septiembre de 2007

como conquistar a un alacrán

Preparale una sopa de su propio chocolate. Conquistalo por el estomago. No dejes que te pique. Enséñale a rezar Demuestrale que vales la pena Envenenalo Enseñale que amar es liberar Enseñale a vivir en libertad Hipnotizalo Convierte su veneno en miel Ámalo en silencio déjalo que te ame en silencio déja que te pique cuando sepas que esté dispuesto a morirse también hazte un tatuaje con su imagen cerca del corazon entiende su naturaleza agresiva nunca dejes que te utilice como balsa para cruzar el mar, recuerda que es un alacran no escuches sus promesas, recuerda que es un alacran amalo y aceptalo como es. con su naturaleza con sus contradicciones que puede pasar, al fin siempre nos perdemos en el corazon de los otros

jueves, 27 de septiembre de 2007

primer dia (sin ti)

No conozco el protocolo para decir este tipo de cosas. Pero si hoy fuera el último día de mi vida, decirte esto, sería quizá lo primero en mi lista. O lo pondría al final, no se pero en algún momento del día tendría que decirte. Que tu forma de vestir no es común. No es única. Sólo es diferente. Que tu cabello largo se enreda entre tus manos no por inseguridad ni por nervios. Tampoco por incomodidad sino por una esencia natural en tu alma que intenta mantener tus manos ocupadas para que nadie las vea volar. Que tu mirada penetrante fulmina y se siente en cada parte del cuerpo. Que tu sonrisa cautiva a quien pasa sin que te des cuenta porque es transparente. Que tus juegos, tu movimiento, tus acentos y tus miles de máscaras solo revelan en cada segundo más de ti aunque tu no lo sepas. Por eso eres cuestión de tiempo, por eso miras. Porque quieres que te miren. Pero que hay en tus ojos que ni ellos mismos pueden verse al espejo. Y que hay en tu voz que no escuchas. Que hay en la invasión de los otros y en la necesidad de protegerte. Eres tan suave como una almeja dentro de la ostra. Igual impenetrable. Has sido difícil leerte, pero es porque ni tu has abierto tu propio libro. No te conoces pero a la vez sabes perfecto quien eres. Algo que te mueve nos mueve a los demás y algo que vemos en ti vemos en nosotros mismos. Algo nos conecta contigo pero también nos asusta. Quizá sea tu edad o tus costumbres. Quizá tus sueños o quizá tus mentiras. O quizá todo al mismo tiempo. Eres todos los nombres y estas en todos los cuerpos. Tu magia es extraterrestre y por eso no te has logrado entender en este mundo. Porque es una encarnación diferente a las que estabas acostumbrado y este mundo te confundió. Por eso estudiaste comunicación para entender a los humanos. Tu debilidad es el estomago y toda tu pasión, enojos, frutraciones y amores se colocan ahí. En la imposibilidad de digerirlos o en asimilarlos con satisfacción. No sabría como decírtelo pero en cuba serías pájaro. Y volarías. Porque eres alegre. Porque el mundo no te acepta. Porque te vistes de colores. Porque eres diferente. No está mal, tampoco esta bien. Está perfecto porque el mundo es perfecto como es. Y no hay ira. Entre más aceptamos lo que la vida nos dio más entendemos que eso es lo que necesitamos. Y lo que queremos y lo que buscamos. Porque nuestra esencia es invisible en este mundo. Pero cuando viajamos a otros planos de existencia se vuelven comprensibles. Del universo llegamos a este planeta. Juntos podremos crear todo un mundo nuevo y por las noches volar todos juntos al cosmos. Nuestras voces llegaran más allá del sol. Juntos. Siempre vamos juntos.

martes, 25 de septiembre de 2007

Las Intermintencias de la muerta (parte II)

¿Te acuerdas cuando viajamos al lago y que nos adelantamos un año? Te acuerdas que murmuraba sobre los gatos y las piscis. Creo que me equivoqué. Sí nos adelantamos en el tiempo pero no se a partir de cuando. Porque al siguiente año no pasó nada. Pero ahorita que miraba la luna recordé, porque ayer también regresaba del lago en tiempo presente. Había algo en él que me hacía preguntarme. Tantos siglos tanto espacio tanto tiempo y coincidir. Quien es? Cual es su historia? porque llegar limpios hasta este punto? Porque encontrarlo hoy aquí y justo despues de haberme lanzado por el agujero que me llevó a la mitad del cuento, como si iniciara de nuevo, lleno de ventajas, para conquistarle, si me deja si me da tiempo... Con latitudes dispersas y circunstancias adversas, con obstaculos comunes que rayan en lo ordinario con una invitación abierta y una mesa constantemente servida. Conocemos el menu pero desconocemos a los comensales quien comerá como llegaste, cual fue tu agujero? cual es tu isla? quien tu farero? Como llegaste al mismo punto al que yo llegué? con que razón, con que futuro. con que promesa

domingo, 12 de agosto de 2007

La historia de Cleo

No podría explicar la razón exacta por la que me desperté en medio de la noche. Habrá sido la resaca o el desvelo de la noche anterior los que me robaron el sueño. Tenía cada vez menos tiempo para terminar las treinta cuartillas. Solo me quedaban dos mil pesos y las deudas eran mucho mayores. No tenía manera de juntar dinero y el plazo de pago cada día era mayor. Esa noche después de revisar por Internet la disponibilidad de lugares en el autobús y algún destino en el cual aislarme para terminar de escribir, salí en medio de la noche sin avisarle a nadie. Tomé el primer autobús rumbo al sur. Era una cabaña solitaria que conocí seis años atrás cuando fuimos a Paracho, en Michoacán. Yo acababa de salir del hospital psiquiátrico, y mi padre en su intento por traerme de vuelta a la realidad me acompañó en un viaje nefasto. Hacía frío, mi primo nos acompañaba. El objetivo era comprar una guitarra, mi madre, hastiada por la humedad. Mi hermana realmente molesta viajaba junto a mí en un automóvil compacto de dos puertas. Íbamos cinco personas ensimismadas sin poder decirnos nada. En aquel lago había truchas y las podíamos pescar pero el lago hedía peor que una cloaca de aguas negras estancadas. Lo mejor del lugar era la cabaña junto al lago con el clima triste y lluvioso. Esa noche salí de mi casa sin avisarle a nadie. Tomé un taxi y recorrí la ciudad entera. De equipaje mis cuatro cigarros y lo que me quedaba de dinero. Compre un boleto para regresar el día de mi cumpleaños. Fue un viaje corto de cuatro días, pero pude conocer varios personajes que me ayudaron a terminar la historia. Habría querido llevar una máquina de escribir para hacer de mi proyecto un experimento más orgánico. Pero en mi maleta solo cabían ideas, un jabón, unos lentes oscuros, un encendedor y un cuaderno de apuntes. Comencé con la bitácora de viaje pero en realidad no había mucho que escribir. Un autobús de segunda y pasajeros de cuarta. Parecía que nadie se había bañado en días. El impulso me había sacado de mi cama y no traía más que unas botas, unos pantalones, una camisa. No llevaba más ropa interior, ni ganas de cambiarme, sólo la que había usado el día anterior. Por fin llegue a la cabaña y el precio por los tres días superaba mis posibilidades. Así que cuando Rubén, el mesero homosexual de unos veintiún años, se acercó a mí para intercambiar una especie de mirada retadora, aproveché para coquetearle y sacar provecho de la situación. Dirigí mis ojos hacia su sexo y le volví a mirar a los ojos como si hubiera descubierto el secreto que guardaba detrás de la cremallera. Seguramente su madre, la cocinera del lugar se dio cuenta de lo que sucedía porque de inmediato se acercó para tomar la orden. Ya me habían asignado una troje, porque las cabañas eran muy grandes para una persona. - ¿Qué va a querer? Me dijo la madre enérgica mientras corría a Rubén de la zona. Así que pedí unos huevos revueltos para desayunar, jugo y café. Cuando Rubén entró a mi cuarto con una toalla limpia, jabón y un papel higiénico yo estaba recostado sobre la cama con el torso desnudo. Estaba leyendo un libro pero podía mirarlo de reojo mientras abría una especie de servibar, pero era más evidente su provocación cuando se agachaba para levantar el culo y dejarlo expuesto, como si supiera que en cualquier momento me levantaría para poseerlo. Pero yo no estaba ahí para eso. No me interesaba, aunque era bastante atractivo. Además el impedimento materno era un tema que me obligaba a pensarlo más de una vez. Salí al jardín. Y aunque llovía menos, el paisaje era muy parecido a como lo recordaba. Hace seis años había más niebla, más humedad y menos calor. Además viajaba con mi familia. No tenía este sentido de libertad ni de pertenencia y me encontraba saliendo de una espiral ridícula provocada por una extraña enfermedad mental. La psiquiatra que me atendió por primera vez me diagnosticó esquizofrenia. Todavía recuerdo los ojos de mi madre en esa tarde gris. Nuestros rostros temblaron, por la mente pasó la idea de nunca jamás crecer. Estar atado a mi condición psicótica. A confundir las voces de mi pensamiento con seres monstruosos. A imaginar mi vida relegado a la prisión de imágenes mentales inexistentes en la realidad. Mi papá recordó a Don Joaquín, el hijo de la vecina, quien era un enfermo mental, catatónico, quien toda su vida la pasaba pegado a su madre con un miedo irracional al mundo y fobia permanente a establecer relaciones sociales. Parecía que no era mi caso, porque hasta antes del incidente yo había demostrado ser bastante funcional en la sociedad. Podía relacionarme sin problemas con la gente, entablaba relaciones interpersonales sólidas y poseía un coeficiente intelectual bastante decente. Por eso este viaje era tan importante para mí. Tenía que demostrarle a mis padres que podía valerme por mi mismo. Necesitaba estar sólo, vivir conmigo mismo sin perder la razón. Las treinta cuartillas que me faltaban, eran los dos últimos capítulos de un proyecto editorial. Llevaba trabajando cuatro años como redactor en una agencia de publicidad hasta que me despidieron. Un antiguo amigo que había conocido en un viaje, me había propuesto escribir la biografía no autorizada de una actriz y cantante drogadicta que estaba por lanzar un disco, al parecer se había rehabilitado y quería hacer todo lo posible por recuperar su carrera. Tenía lista toda la información, muchas cintas con entrevistas, la estructura del libro estaba terminada. Pero me faltaban dos piezas para terminar el rompecabezas. Uno era completar la historia sobre su padre y la otra era una anécdota que tenía que ver conmigo. A pesar de lo infame que pudiera parecer escribir una “biografía no autorizada” para una actriz venida a menos, y que el fin era únicamente vender, había algo en la historia de esa mujer que me recordaba a la mía. Una especie de paralelismo sincronizado que se unía en puntos clave y que me obligaban a terminar la historia, no para ella, no para el público, no para hacer dinero, sino para mi. Había muchas posibilidades para terminarla. Había una nota polémica y escandalosa sobre una supuesta relación con su representante, cuando ella tenía quince años y el cuarenta. Tenía todo para concluir esa historia pero algo me impedía continuarla. Dos noches antes de salir de la ciudad, la visité por última vez. Estaba llorando y bebía un vaso con whisky. Me acercó un papel en el que se mostraban unos análisis clínicos. Había un diagnóstico de cáncer y ella era la enferma. Huía de casa porque no podía soportar la idea de tener que escribir un final escandaloso, de tabloide, cuando la protagonista de mi historia estaba por morir. Había planeado un viaje a la Habana para cuando todo este proyecto terminara, pero en medio de la desesperación, viendo el lago afuera de la troje en Zirahuen, Michoacán, decidí regresar a la ciudad y volar a Cuba.

sábado, 28 de julio de 2007

Gabriela comenzó a tomar pastillas azules para olvidar a Fuensanta, su novia. Fuensanta era una chica atractiva, morena, delgada de complexión media. Mexicana, llevaba un año viviendo en Madrid, estaba estudiando actuación para cine. Llevaban un año sin verse, ni hablar, ni ser pareja. Ella todavía no se iba a Madrid, cuando Gabrielle le llamó. Su hermano había muerto y esa era la única razón por la que Gaby llamaba de vuelta. Pero fuensanta, insensible. Inmersa en su carrera, estudios, en su actuación. Poco acompañó a gabriela en su duelo. Hacian el amor sin recuperar el titulo de pareja. Dolía más que gustar. La presencia lastimaba más que la ausencia.

lunes, 23 de julio de 2007

Final guardado

Parece que ayer terminó un cuento. Reproduzco el final por ahora, porque aunque la vida ha terminado de escribir esa historia, su protagonista no ha levantado aún la pluma para dejarlo más allá de la memoria. Por el texto, por el tono... podríamos estar en el pueblo de Pedro Páramo. Cuando salí del campo.... Ya no arrastraba los fantasmas que generé... y tenía que ser así... y ahí, en donde se creo todo...

viernes, 6 de julio de 2007

Cleo de 5 a 7

Así fue como me platicó la historia de Cleo, una perrita blanca con manchas cafés, delgada, pero sin duda la más linda del lugar. Cuando Elisa llegó a la escuela, hace tres años, Cleo era una cachorrita recién nacida y moribunda. Tenía sarna en todo el cuerpo incluidos los pulmones. Era un pedacito de perro que temblaba y con cada paso se podía ver sin dudar que su vida se tambaleaba. Elisa decidió cuidarla, amarla, alimentarla. Se la pasaba dormida y comía muy poco. De cinco a siete despertaba y era su momento de mayor lucidez. Era como si a esa hora intentara demostrar que seguía aferrándose a la vida. Luego volvía a dormir, tal como sucede en la película “Cleo de 5 a 7”, de la nouvelle vague, de ahí su nombre. Tal parece que esta escuela tienen una maldición. Como si fuera el mejor lugar del mundo y que tras un par de años se convirtiera en el peor infierno. Tienes que pasar por muchos retos para lograr salir de él. Quizá después vendrá la gloria. Lo difícil de la rutina es soportarla. Y parece que Elisa ya no puede más. He pensado en ella desde ayer, encontrarla aquí fue importante. Tiene los colores más vivos para vestir, seguramente es la más popular, la más deseada. Es como Vivián Garzón, la actriz sobre la cual estaba escribiendo. Me quedaban pocos días para la última entrega pero parecía que el viaje me estaba ayudando a desbloquearme y a encontrar los dos últimos capítulos. Cuando Elisa terminó la historia de Cleo se levantó y agradeció la cerveza. No volví a hablar con ella durante ese viaje, pero aún conservo su dirección electrónica. Si no fuera quien soy este encuentro hubiera servido para terminar el libro y para comenzar otro. La historia de Elisa y yo amándola. Quería volver a acercarme a ella y pensé que sería cuestión de tiempo. Como en el cuento de Lucía y el sexo (si me dejas, si me das tiempo). Corrí a mi habitación para terminar la historia de Vivian. Las ideas llegaban directas a la pantalla de la computadora pero mi mente no dejaba de pensar en Elisa. Así que me traté de concentrar en los últimos dos capítulos. (para regresar a las puertas, clic aquí)

La Isla y el agujero

Hay pocas películas que me hayan impactado tanto en los últimos años. Cuando Julio Medem hizo Lucía y el sexo, era difícil superar a los amantes del Círculo Polar. Hace un par de días, platiqué con Gerardo sobre algunos amigos, su vida en Torreón y lo que sucedía con este año. Y en ese encuentro, el estaba leyendo un fragmento de "Lucía..." en mi blog de las puertas. Ha pasado algo raro con ese blog. Creo que se cerró. No he podido entrar desde que regresé de Cuba. Ni siquiera pude terminar de escribir la bitácora. Pero en el medio, en el centro de las conversaciones, ahí donde convergen los personajes, se gestó la idea de terminar la bitácora con la historia de Cleo. Así combiné un poco de la vida en la Habana (la Isla)y le puse un link hacia la nouvelle vague (el agujero. Así comence este homenaje a los cuentos llenos de ventajas. Esos que cuando parece que todo va mal, tienes la suerte de encontrar un agujero donde menos te lo esperas. Y eso es lo más bello, porque te lleva a la mitad del día, de aquel momento, de ese otro sueño para que así se abra una nueva oportunidad, borrando todo aquello que sucedió, con la esperanza de que no hay nada malo. Sin el agujero, hay muchas cosas probables, pero solo una es posible. Con él, de todas las probabilidades e improbabilidades, surge una ventaja (y el motor de improbabilidad), la mueve. Para ello, una isla (en la que tu nickname puede convertirse en Asli), para así conocer a la distancia al Farero. Ese que ilumina las costas oscuras en medio de la noche, en las islas abandonadas, que flotan como un pedazo de madera sobre el mar. Aquí, en estos cuentos llenos de ventajas, se buscan fareros que iluminen las costas de mi playa.