viernes, 6 de julio de 2007

Cleo de 5 a 7

Así fue como me platicó la historia de Cleo, una perrita blanca con manchas cafés, delgada, pero sin duda la más linda del lugar. Cuando Elisa llegó a la escuela, hace tres años, Cleo era una cachorrita recién nacida y moribunda. Tenía sarna en todo el cuerpo incluidos los pulmones. Era un pedacito de perro que temblaba y con cada paso se podía ver sin dudar que su vida se tambaleaba. Elisa decidió cuidarla, amarla, alimentarla. Se la pasaba dormida y comía muy poco. De cinco a siete despertaba y era su momento de mayor lucidez. Era como si a esa hora intentara demostrar que seguía aferrándose a la vida. Luego volvía a dormir, tal como sucede en la película “Cleo de 5 a 7”, de la nouvelle vague, de ahí su nombre. Tal parece que esta escuela tienen una maldición. Como si fuera el mejor lugar del mundo y que tras un par de años se convirtiera en el peor infierno. Tienes que pasar por muchos retos para lograr salir de él. Quizá después vendrá la gloria. Lo difícil de la rutina es soportarla. Y parece que Elisa ya no puede más. He pensado en ella desde ayer, encontrarla aquí fue importante. Tiene los colores más vivos para vestir, seguramente es la más popular, la más deseada. Es como Vivián Garzón, la actriz sobre la cual estaba escribiendo. Me quedaban pocos días para la última entrega pero parecía que el viaje me estaba ayudando a desbloquearme y a encontrar los dos últimos capítulos. Cuando Elisa terminó la historia de Cleo se levantó y agradeció la cerveza. No volví a hablar con ella durante ese viaje, pero aún conservo su dirección electrónica. Si no fuera quien soy este encuentro hubiera servido para terminar el libro y para comenzar otro. La historia de Elisa y yo amándola. Quería volver a acercarme a ella y pensé que sería cuestión de tiempo. Como en el cuento de Lucía y el sexo (si me dejas, si me das tiempo). Corrí a mi habitación para terminar la historia de Vivian. Las ideas llegaban directas a la pantalla de la computadora pero mi mente no dejaba de pensar en Elisa. Así que me traté de concentrar en los últimos dos capítulos. (para regresar a las puertas, clic aquí)

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