sábado, 28 de julio de 2007

Gabriela comenzó a tomar pastillas azules para olvidar a Fuensanta, su novia. Fuensanta era una chica atractiva, morena, delgada de complexión media. Mexicana, llevaba un año viviendo en Madrid, estaba estudiando actuación para cine. Llevaban un año sin verse, ni hablar, ni ser pareja. Ella todavía no se iba a Madrid, cuando Gabrielle le llamó. Su hermano había muerto y esa era la única razón por la que Gaby llamaba de vuelta. Pero fuensanta, insensible. Inmersa en su carrera, estudios, en su actuación. Poco acompañó a gabriela en su duelo. Hacian el amor sin recuperar el titulo de pareja. Dolía más que gustar. La presencia lastimaba más que la ausencia.

1 comentario:

Muegano. dijo...

Wow! Muchas veces me he preguntado qué duele más, si la soledad o el aferre al amor que ya no es amor...