miércoles, 17 de octubre de 2007

llegó un farero

Llegó un farero que iluminó mi playa. Llegó un día, así de repente de la nada salió del mar con su traje de hombre rana. Y un día vulgar, como otros tantos, el ordinario azul dio paso al ojo más dilatador de la verdad. Llegó a mi cuento por un hueco que encontró en medio de la playa. Un agujero profundo y oscuro. Quien lo había leido, decía que si te caías por ese agujero podrías encontrarle muchas ventajas a la historia. Porque al salir podías regresar justo a la mitad de la playa, o de la historia... porque si algo no te había gustado, siempre que quisieras la podrías comenzar, desde cero. Y llevarla lejos a donde tu quisieras. Hacer un drama, una tragedia o una comedia. Un entremés un relato breve. Un cuento de 700 páginas o una gran novela de 50 palabras. Los dìas pasaron y todo marchaba de maravilla. Hasta que un día, el hombre rana, el hombre raro, el farero así de pronto e igual que como llegó, desapareció. Quizá cayó por el hoyo y murió en el fondo del mar. Nadie lo reporto como desaparecido. Quizá encontró otro agujero en el fondo del mar y logró llegar a otra isla. A iluminar otra costa. A llenar de ventajas otro cuento. No el mío.

5 comentarios:

lunadeplata dijo...

Lamento q tu cuento q no haya empezado desde la mitad, pero es q claro, el q cayó ha sido el farero, no has sido tú... Intenta caerte, y entra en el agujero, y vuelve a salir justo en el momento q tu quieras...
Recuerda, los agujeros son mágicos... urgggggg

Yaya "Numeralia" dijo...

Ah simplemente sensacional las ventajas de los cuentos aunque no sean tuyos ni mios!

Augur Itinerante dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Augur Itinerante dijo...

Vaya Vaya, me encantó tu cuento ¿o el mío? ¿lo plagié? llegaste primero a él. Al cuento o al farero. Realmente nos tocó alguna vez... será que el que nos ilumina debe estar inaccesible para que nos llegue la luz.. o será que estamos justo en el centro del pozo... ¿o es que somos el pozo?. No lo sé. La unica certeza que me queda es que desconozco que otro cuento esperanzó el del traje de rana.
Un abrazo

Unknown dijo...

Creo que por esta ocasion, Luna de plata tienes razón. No me he caido yo. No he sido farero... eso quizá es el error esperar a que llegue alguien a iluminar. Porque no aventarnos, para llegar a otras costas que necesiten nuestra luz