sábado, 29 de marzo de 2008
mi parte favorita
(de tu cuerpo) o de como descubrí un nuevo agujero
Sigo buscando al farero, o al menos el agujero que me lance a una nueva isla. El sábado pasado me dediqué a descubrirte. Ya te había visto. Ya te había conocido superficialmente. Ya habíamos intercambiado palabras. Ya nos habíamos presentado personalmente. Ya nos habíamos gustado. Simplemente no habíamos encontrado el gusano interestelar, el agujero por el cual dejarnos caer.
No sé si fue la luna llena, Reforma solitaria en sábado de gloria o la sensación extraña de vacío y soledad que dejó la partida de Joy. Quiza la plática de la noche anterior. El pasaporte autorizado contenido en la botella de tinto. La platica que desdibujo la timidez. La historia del vecino la noche anterior.
Mi parte favorita fue conocer el top ten. Y la parte de las botanas en la mesa durante la cena. El vino estaba bien. Me gustaría regresar a restaurante.
El soundtrack bien.
Me encanto conocer mi parte favorita de tu cuerpo, un isla en medio de tu cuerpo, entre tu pierna y tu ingle derecha, ahí donde se crea un vacío, donde se puede existir sin que te enteres. Es un lugar donde puedo convertirme en microbito, hacer una alberca en tu ombligo, beber de tu sangre y en tu carne descansar.
Lo que estaría fenomenal es que me invites a pasar un tiempo por ahí. Descubrir el faro de esa isla, arrojarnos por el agujero...
but I don't know you, and you don't know de half of it
martes, 25 de diciembre de 2007
domingo, 18 de noviembre de 2007
Fareros en Huelga
Se me ocurrió una idea. Por un momento no contestemos las llamadas. Dejemos que el teléfono suene. Que nos busquen. Pongamos en huelga la voz y la oreja. No escuchemos ni hablemos. No recibamos mensajes, ni cobros, ni ofertas, ni noticias, ni recados, ni llamadas de otros que viven con nosotros. No nos tomemos la molestia de redescubrir que hay un mundo detrás de los auriculares. Pongamonos en huelga. Que nadie tiene porque oirnos y no tenemos porque hablar con nadie. Que en la oscuridad de la isla nos alumbre un faro distante. Que nos imaginemos su nombre, su mirada y su luz. Pero que no sepamos nada de cierto, que no escuchemos. Y cuando llegue nadando, empapado en traje de rana, que no hable, que sepa que estamos en huelga. Que no escuche. Que solo presente su credencial. Que su imagen diga todo y nada. Que nos quede claro que se queda con la voz de sus ojos. Que su desnudez alimente nuestro cuerpo.
Tengo una idea, subamos al polo norte. Viajemos a Laponia, en donde no hay playas pero si orillas de lagos, en donde no hay noche y por tanto no hay fareros. Porque ál cruzar el círculo polar artico, hay sol a la media noche. Y ahí sentados en un atardecer continuo la espera se vuelve un círculo infinito. Que no empieza ni termina. Que no amanece ni anochece. Solo gira. En estado perfecto. Como siempre como nunca. En este pequeño y aislado oasis esperaremos la casualidad más grande de nuestra vida. Cuidemos de no gastarlas pronto. Porque esa casualidad ya ha existido desde siempre, es eterna y perfecta. -Igual. Inseparable. Infinita. como tú como yo. esperemos a que el día no termine. Esperemos a que la noche no comience. Esperemos a que por casualidad llegue una nave que nos envie al espacio, Volar a través de la Vía láctea, girar a la derecha en Marte atravesár los asteroides por toda la noche y desayunar en Plutón. Todo en silencio, para no arrepentirnos. Para que todo quede claro con miradas, con credenciales.
miércoles, 17 de octubre de 2007
llegó un farero
Llegó un farero que iluminó mi playa. Llegó un día, así de repente de la nada salió del mar con su traje de hombre rana. Y un día vulgar, como otros tantos, el ordinario azul dio paso al ojo más dilatador de la verdad.
Llegó a mi cuento por un hueco que encontró en medio de la playa. Un agujero profundo y oscuro. Quien lo había leido, decía que si te caías por ese agujero podrías encontrarle muchas ventajas a la historia. Porque al salir podías regresar justo a la mitad de la playa, o de la historia... porque si algo no te había gustado, siempre que quisieras la podrías comenzar, desde cero. Y llevarla lejos a donde tu quisieras.
Hacer un drama, una tragedia o una comedia. Un entremés un relato breve. Un cuento de 700 páginas o una gran novela de 50 palabras.
Los dìas pasaron y todo marchaba de maravilla. Hasta que un día, el hombre rana, el hombre raro, el farero así de pronto e igual que como llegó, desapareció. Quizá cayó por el hoyo y murió en el fondo del mar. Nadie lo reporto como desaparecido. Quizá encontró otro agujero en el fondo del mar y logró llegar a otra isla. A iluminar otra costa. A llenar de ventajas otro cuento.
No el mío.
martes, 16 de octubre de 2007
dimelo
Donde estas que no te veo
Pareces estar escondido
Para no verme más
Si lo nuestro quedo en el olvido
Dímelo
Donde estas que no respondes
Pareces haber encontrado una forma de dar amor
Si lo nuestro es un juego perdido
Dímelo, dímelo
Si no encuentras en mi lo que tanto anhelabas
Si te faltan las ganas de verme otra vez
Si lo nuestro es un juego de niños
Dimelo, dimelo
Si no puedes decir ni una sola palabra
Y si errar es humano quisiera sabes
Si lo nuestro es un juego de niños
Dimelo, dimelo
Donde estas que yo te espero
A ver si quedamos en algo
Amantes, amigos quizas
Si lo nuestro ya esta decidido
Dimelo, dimelo
Si no encuentras en mi lo que tanto anhelabas
Si te faltan las ganas de verme otra vez
Si lo nuestro ya esta decidido
Dimelo, oh ven y dimelo
Si no puedes decir ni una sola palabra
Y si errar es humano quisiera saber
Si lo nuestro es un caso perdido
Dimelo, dimelo
Oh, oh, oh dimelo
lunes, 8 de octubre de 2007
te regalo la sal de mis historias
te comparto mi humana condición te llevo más allá del límite y medida
Podríamos apurarnos y terminar todos los pendientes hoy mismo. Acabar las tareas, acelerarnos, estar en estrés continuo. Terminar lo más rápido posible. Pero no hay prisa. Si al no verte los minutos se hacen largos, porque no hacer lo mismo con el tiempo de los encuentros, que no haya tiempo que no pase que se detenga. Por eso, todo lo que pueda hacer hoy, lo dejaré para mañana.
hoy me despierto sin que suene el reloj, el sobresalto que me da la emoción, acaso espero un nuevo corazón, para ti, para mi para dos
y vuelvo a verte con la misma emoción
contigo late fuerte mi corazón
no me despierten si es un sueño de amor
dejame que dormir es mejor
miércoles, 3 de octubre de 2007
te regalo mi luz
cuando tu isla busca a un farero que ilumine las noches oscuras, que habite las playas desiertas, que acompañe a los barcos vacilantes en medio de tormentas, solemos olvidar que cuando la luz ilumina las costas, las bahías, ahí a lo lejos habitan navegantes y naúfragos vacilantes, sedientos, solitarios, distantes.
no sabes, nunca sabes cuando o como, la luz que no proyecta el faro pierde a otros. nunca sabes cuando o como, la luz que proyecta tu faro ilumina el corazon de los navegantes.
pero otras veces, aun cuando ambas luces se encuentran, y ambas playas se esclarecen, siempre nos perdemos en el corazón de los otros.
mi sol. mi playa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)